El verde es un color refrescante, vigoroso, que nos conecta con la naturaleza. Transmite sensaciones acogedoras y en tonos pálidos, calma. Decorar la habitación en tonos verde ayuda a bajar las revoluciones y quitarnos el día para relajarnos antes de acostarte a dormir. Además en sus tonos más oscuros resulta en ambientes envolventes y sofisticados que son el escenario perfecto para despertar en la mañana con una vitalidad salvaje. Y lo mejor es que es compatible con muchos estilos, ¿Quieres saber cómo utilizarlo en tu dormitorio? mira a continuación.
Salvaje
En su matiz más terroso junto a materiales nobles como maderas y fibras en tonos medios a oscuros logran una combinación envolvente. Su vinculación con la tierra y la naturaleza tiene como resultado una habitación acogedora, elegante y con mucho carácter.
Integra plantas y objetos en tonos bronce, además de telas y prints con inspiración jungle para el acento salvaje y una energía vibrante.
Orgánico
El verde en tonos suaves, lisos y naturales. Un dormitorio con inspiración orgánica resulta en un ambiente muy agradable y tranquilo, que invita a la relajación. Siempre acompañados de plantas y madera, sobre tonos neutros para resaltar su acogedora sensación de serenidad.
Boho, campestre, natural, rústico… El verde en muchos estilos crea atmósferas perfectas para descansar.
Elegante
El verde en tonos oscuros como el oliva para las paredes y ropa de cama suma elegancia y versatilidad. Un color que aporta sobriedad y frescura, resulta en dormitorios clásicos pero a la vez muy actuales. Junto a diversas variantes de verde se crea un conjunto dinámico y sofisticado.
Complementos en velvet y metal son perfectos para agregar elegancia y completar un espacio íntimo y atractivo.